África, Egipto

Asuán: qué ver más allá del crucero

Asuán fue una de las paradas de nuestro crucero por el Nilo y, la verdad, no esperaba que me gustara tanto. Tiene ese punto tranquilo que se agradece después del caos de El Cairo o Luxor, y está lleno de rincones con historia, templos en islas, mercados con mil colores y barquitas que te llevan a lugares mágicos justo cuando el sol se está poniendo. En este post te cuento qué ver en Asuán, con todo lo que visitamos, lo que más nos gustó y algún consejo para disfrutarlo a tu ritmo.

Templo de Philae: un paseo en barquita y un templo solo para ti

Uno de los momentazos del viaje fue visitar el Templo de Philae al atardecer. Para llegar hasta allí, hay que coger una barquita que cruza el Nilo y ya solo ese trayecto es una maravilla. Agua tranquila, islitas alrededor y ese silencio que parece que solo existe en Egipto cuando te alejas un poco del bullicio.

Templo de Philae: historia, leyendas y gatos curiosos

Uno de los momentos más mágicos de mi crucero fue la visita al templo de Philae, un lugar que parece salido de un cuento. Llegamos al atardecer en un barquito y, para nuestra sorpresa, no había nadie más. Sí, el templo lo tuvimos prácticamente para nosotros solos, lo que hizo que la experiencia fuera aún más especial.

Philae es un templo dedicado principalmente a la diosa Isis, una de las figuras más importantes de la mitología egipcia. Se construyó durante el período ptolemaico, aunque sus orígenes se remontan a tiempos mucho más antiguos. Lo curioso es que este templo tuvo que ser trasladado piedra a piedra porque la construcción de la presa de Asuán iba a inundarlo. Gracias a un proyecto de la UNESCO, hoy podemos disfrutarlo en la isla Agilkia, que fue adaptada para acogerlo.

Además de su impresionante arquitectura con columnas y relieves llenos de símbolos, Philae tiene otro protagonista inesperado: los gatos. Hay montones de ellos correteando por el recinto. Los egipcios siempre han considerado al gato un animal sagrado, protector de la casa y símbolo de misterio, y en Philae parece que esta tradición se mantiene.

Según una leyenda local, los gatos de Philae son guardianes del templo, encargados de proteger el espíritu de Isis. Dicen que si un gato te mira fijamente, es buena señal, porque te está aceptando como amigo y protegido del templo.

Visitar Philae al atardecer, con esa luz dorada sobre las piedras y sin ruidos alrededor, es como viajar en el tiempo. Y si, además, te cruzas con uno de esos gatos sagrados, ya tienes un recuerdo que pocos pueden contar.

Tabea Mosque: la mezquita con las mejores vistas de Asuán

En medio de un parque, sobre una colina en pleno centro de Asuán, se alza la Tabea Mosque (también llamada Al-Tabia Mosque), una de esas joyas que aparecen sin esperarlo. No es especialmente antigua (se construyó en los años 70), pero su arquitectura con cúpulas, arcos y minaretes tiene un aire clásico precioso. Además, su ubicación en lo alto le da un encanto especial, sobre todo por la paz que se respira alrededor.

Fuimos de noche, cuando ya apenas había gente, y el ambiente era súper tranquilo. El parque que la rodea está muy cuidado, con bancos, zonas verdes y caminos que invitan a pasear sin prisas. Lo mejor fue que mi guía, que era un crack, nos consiguió acceso a una de las torres de la mezquita. No es algo que se pueda hacer normalmente, así que fue un auténtico privilegio.

Desde arriba, con la ciudad iluminada en silencio, fue uno de esos momentos que se te quedan grabados. Nada turístico, nada preparado… solo tú, Asuán de noche, y una sensación de estar viviendo algo muy especial.

Paseo por el mercado de Asuán: caos, colores y olor a especias

Después de las vistas desde la mezquita, tocaba bajar a tierra firme y mezclarse un poco con la vida local. El mercado de Asuán es una locura maravillosa. Nada de puestos bonitos colocados al milímetro para turistas: aquí todo es más real. Gente charlando a voces, niños corriendo, gatos que aparecen entre sacos de especias y montañas de hibisco por todas partes.

Es un sitio ideal para comprar recuerdos, pero también para dejarse llevar. Puedes encontrar desde perfumes naturales y jabones de aceites esenciales hasta camisetas de fútbol egipcio, chilabas, especias, frutas, dátiles y hasta ropa interior colgada sin filtro. Me encantan esos mercados donde no todo está pensado para que lo fotografíes, sino que la vida sigue su curso con o sin turistas.

Y sí, regatear es obligatorio. Al principio puede dar un poco de corte, pero en cuanto te sueltas, se convierte en un juego. Eso sí, mejor ir por la noche, cuando hace menos de calor y hay más ambiente local.

Terminar la noche en una cafetería con shisha

Después de la mezquita y el paseo por la ciudad, terminamos la noche en una cafetería local donde el ambiente era de lo más tranquilo y auténtico. Nos sentamos a tomar algo, y claro, no podía faltar la shisha (o cachimba, como la llamamos aquí), que allí es súper popular y parte del plan perfecto para cerrar el día. En general en en Egipto son muy baratas y muy populares por lo que siempre verás mínimo una encima en las mesas.

El local era auténtico, un sitio donde se mezcla gente local y algún turista despistado como nosotros. Mientras disfrutábamos del humo aromático y charlábamos, el tiempo parecía ir más despacio, como si Asuán también se estuviera tomando un respiro.

Fue un cierre ideal para un día lleno de experiencias diferentes: templo, mezquita, mercado… y un momento para saborear la noche egipcia en buena compañía.

¿Merece la pena visitar Asuán?

Si te preguntas qué ver en Asuán, te diré que esta ciudad tiene ese encanto tranquilo y diferente que te hace desconectar del Egipto más turístico. Entre templos históricos, paseos con vistas increíbles y rincones donde se vive la vida local de verdad, Asuán sorprende y se disfruta con calma.

Mi consejo es que le dediques al menos un día entero, o mejor dos si puedes, para absorber todo lo que ofrece. Y no te pierdas el atardecer en Philae, el paseo por el mercado y, por supuesto, ese momento de relax en una cafetería con shisha que cierra el día con buen sabor de boca.

Si tu guía te propone la salida nocturna, no lo pienses ni un segundo, merece muchísimo la pena, quizás sea la experiencia menos turística que vivimos en este viaje.

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *